Debo admitirlo, como muchos también me he sorprendido por la multiplicidad de candidatos a intendente en nuestro distrito. Y no es que me parezca mal, al contrario, siempre es bienvenida la participación y la pluralidad de propuestas.
No puedo dejar de mencionar que mayor fue mi sorpresa por el camino transitado del partido al que pertenezco, la Unión Cívica Radical, que en los ámbitos nacional y provincial realizó un acuerdo contranatura difícil de digerir.
Peor aún lo ocurrido en Zárate, donde un grupo pequeño de personas tomo la determinación de ceder ante las pretensiones del circunstancial aliado sin siquiera dar el debate necesario en estas instancias.
El sentido de pertenencia a un partido político debe marcar que ideas y que valores representa el candidato, aunque ello a dejado de tener preponderancia en estos tiempos por la atomización de los partidos políticos.
A raíz de esto, en las ciudades como la nuestra muchas veces se vota a la “persona” en si, es decir, por la cualidades como vecino del candidato, honestidad, transparencia, experiencia de gestión, virtudes de conducta y de coherencia de quienes se postulan para gestionar la ciudad en los próximos cuatro años.
Personalmente no dudo de la capacidad de la mayoría de los candidatos a intendente, solo que me resulta mas difícil encontrar las cualidades descriptas entre quienes irán a la competencia primaria del 14 de agosto. Allí podrán estar Leandro Matilla o Manuel García Blanco, quienes a mi entender se destacan por sobre el resto de los candidatos del arco opositor. Claro esta, que el actual intendente Osvaldo Cáffaro ya goza del conocimiento de los vecinos que, en su momento, decidirán si es depositario de su confianza por otro período.
Párrafo aparte para quienes se postulan por la Agrupación Zárate de Pie (en sus orígenes, movimiento popular apartidario mucho más amplio de lo que es hoy) quienes circunstancialmente conducen la Cooperativa Eléctrica de Zárate. No es mi intención criticar sus pretensiones políticas, están en todo su derecho a participar, solo que resulta preocupante que quienes manejan la institución no gubernamental mas importante del Partido de Zárate y sin prescindir de sus cargos en la misma, también intenten controlar la institución gubernamental más importante, el Municipio, Allí hay, por lo menos, incompatibilidad ética y una fuerte propensión a la acumulación de poder en pocas manos que resulta, sin dudas, de cuidado. Nunca el poder concentrado en un grupo minúsculo ha sido beneficioso para el conjunto de la comunidad.
No puedo dejar de mencionar que mayor fue mi sorpresa por el camino transitado del partido al que pertenezco, la Unión Cívica Radical, que en los ámbitos nacional y provincial realizó un acuerdo contranatura difícil de digerir.
Peor aún lo ocurrido en Zárate, donde un grupo pequeño de personas tomo la determinación de ceder ante las pretensiones del circunstancial aliado sin siquiera dar el debate necesario en estas instancias.
El sentido de pertenencia a un partido político debe marcar que ideas y que valores representa el candidato, aunque ello a dejado de tener preponderancia en estos tiempos por la atomización de los partidos políticos.
A raíz de esto, en las ciudades como la nuestra muchas veces se vota a la “persona” en si, es decir, por la cualidades como vecino del candidato, honestidad, transparencia, experiencia de gestión, virtudes de conducta y de coherencia de quienes se postulan para gestionar la ciudad en los próximos cuatro años.
Personalmente no dudo de la capacidad de la mayoría de los candidatos a intendente, solo que me resulta mas difícil encontrar las cualidades descriptas entre quienes irán a la competencia primaria del 14 de agosto. Allí podrán estar Leandro Matilla o Manuel García Blanco, quienes a mi entender se destacan por sobre el resto de los candidatos del arco opositor. Claro esta, que el actual intendente Osvaldo Cáffaro ya goza del conocimiento de los vecinos que, en su momento, decidirán si es depositario de su confianza por otro período.
Párrafo aparte para quienes se postulan por la Agrupación Zárate de Pie (en sus orígenes, movimiento popular apartidario mucho más amplio de lo que es hoy) quienes circunstancialmente conducen la Cooperativa Eléctrica de Zárate. No es mi intención criticar sus pretensiones políticas, están en todo su derecho a participar, solo que resulta preocupante que quienes manejan la institución no gubernamental mas importante del Partido de Zárate y sin prescindir de sus cargos en la misma, también intenten controlar la institución gubernamental más importante, el Municipio, Allí hay, por lo menos, incompatibilidad ética y una fuerte propensión a la acumulación de poder en pocas manos que resulta, sin dudas, de cuidado. Nunca el poder concentrado en un grupo minúsculo ha sido beneficioso para el conjunto de la comunidad.
Leonardo Vandenbosch
